lunes, 29 de octubre de 2007

Bienvenidos


Epílogo, por Ignacio Fernández

Queridos y Queridas,

Bienvenidos a la Calle del Olmo. En éste rincón de la ciudad nos encanta morir. Pero no de cualquier manera. Unas veces soltamos un sonoro grito de terror antes de ser apuñalados. Otras, morimos lentamente bajo las torturas del más psicópata de los sociópatas. Otras en cambio, simplemente, no morimos.

En ésta calle suele ser de noche. Cuatro farolas mal contadas alumbran temblorosas pedazos blanquecinos de acera. Ojos enfermos
espían desde las ventanas mientras el aire se llena de lamentos lejanos ahogados por una neblina fantasmal. Siempre sientes que alguien te sigue, te persigue, acecha...

Si estas tan enfermo que disfrutas paseando por calles como esta, ven por aquí más a menudo, te aguardan muchas sorpresas.

Bienvenidos.

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