martes, 6 de noviembre de 2007

Crítica de "Al final de la escalera"

Qué sería de nuestro barrio sin su elemento más importante, las casas, ya sean grandes o pequeñas, en forma de bloque de pisos o de mansiones victorianas, por muy diferentes que sean, todas ellas guardan un punto en común, han sido testigos y guardianes de los secretos más oscuros y sádicos que han vivido sus habitantes.

Hoy nos trasladaremos a una de ellas, la misma en la que un día John Russell, exitoso compositor de música, se mudó para intentar olvidar y calmar todo el dolor que albergaba dentro de él después de la pérdida de su mujer y su hija a causa de un trágico accidente de tráfico. Esa misma casa en forma de mansión que pese a aparentar un lugar tranquilo e idóneo para encontrar la paz, escondía un macabro secreto que solo John sería capaz de sacar a la luz.

Golpes y ruidos en habitaciones vacías, objetos que se mueven solos, habitaciones secretas y ante todo un tétrico secreto, será lo que le esperará a John nada más entrar en la mansión, pero aunque todo esto pueda sonar a los típicos tópicos que muestran las historias de casas encantadas, Al final de la escalera se desmarca por el hecho de que pese a no mostrarnos efectos especiales ni un sonido espectacular a los que hoy en día estamos acostumbrados, consigue mediante sus imágenes ponernos los pelos de punta y sentir ese escalofrío de terror.



Como opinión personal, para mí esta película, del director Peter Medak, es la madre de todas las películas de fantasmas ya que nos consigue transmitir esa esencia de miedo de la cual carecen la mayoría de películas que hoy en día nos muestran un hilo argumental parecido.


Una curiosidad que también podemos destacar es que Al final de la escalera es la película fetiche del conocido director español Alejandro Amenábar, pudiendo ver como utiliza esa técnica de conseguir encogernos el corazón solo con sus imágenes en una de sus películas más conocidas, “Los Otros”.


No dispongo del trailer de la película, pero si de la escena por excelencia que para los que la hayáis visto la recordaréis con cierto temor, eso sí, los que no la hayáis visto no se os ocurra verla ahora porque os perderéis la esencia que puede transmitir la escena al verla durante la película.

1 comentario:

syl dijo...

La vi el año pasado... Creo que la recomendaba Amenábar en algún sitio... totalmente recomendable :)) Saludos, Sylvia